Para el impulso de ciudades amigables con el emprendimiento: más caminabilidad, con mejor urbanismo: ciudades diseñadas a escala humana.
El modelo de planeación urbana del siglo XX sobrereguló el espacio edificable, encareciendo los costos del emprendimiento. También impulsó un modelo urbanístico enfocado en brindarle la mayor comodidad posible a la movilidad en automóvil, con separación de usos de suelo, lo que implicaba que ahora los emprendedores no tendrían clientes cautivos cercanos a los que pudieran servir de manera cotidiana y orgánica, obligándoles a invertir en campañas publicitarias costosas para atraer clientela, que ahora tendría que manejar largas distancias. Para ello, habría que cubrir el costo de extensiones de estacionamientos, asumiendo que todos los clientes tendrían que llegar en auto. Este modelo favorecía el “Big Box Shopping” y los Centros Comerciales, en los que sólo las grandes cadenas nacionales o internacionales sobrevivían.
Una ciudad inteligente debe facilitar el emprendimiento de barrio, con calles y barrios caminables, permitiendo comenzar negocios cercanos a los clientes, creando tejido social con ellos, ahorrándose los altos costos de estacionamientos excesivos, cautivándolos desde sus ventanas cuando los vecinos pasan caminando.
Extracto del libro: Ciudades Inteligentes: Manual de Mejores Prácticas.
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